Murió ahogada en el glamur del espejismo
La convencieron los magos del mercado
de que cada gramo de su cuerpo
valía peso en oro
Ya difunta pero viva
para la cámara sicalíptica
y la revista levanta muertos
se desplumó una y otra vez
con lujuria o con aburrimiento
pero llenó la voracidad
de la multitud de demandantes
quienes la hicieron suya a pura mano
o la invadieron en otros cuerpos
hasta coronarla como la reina de sus fantasías
Fue el mejor antídoto contra la discapacidad
de ancianos y lesbianas viejas
A la orden estuvo de ateos y creyentes
de pobres y de ricos
de varones y de hembras
Con su comunismo erótico
cubrió la necesidad de todos sus prosélitos
A nadie dejó desamparado
y a pesar de que un día
se durmió para siempre
sin plumas ya para arrancar
todavía vuela en la memoria de sus fan
quienes la siguen conquistando
aun más allá de la muerte
Julio Iraheta Santos 16-1-2008