EL PRÓCER
La tarde es una bota que me aplasta
En mi pedestal vivo solitario
Los transeúntes pasan sin admirar
mi pose de granito
Pienso que fui utilizado
No esperaba un futuro mediocre
Cuando la noche crece
y llega la hora de conspirar
me digo a mí mismo
por gusto organizaste
escuadrones de la muerte
fundaste un partido
mataste un profeta
te burlaste del corazón de los sandías
¡Qué tarde más piricuaca!
Las palomas de castilla
me cagan los ojos constantemente
Cuando los perros regresan
todos los días de los mercados
orinan la base de mi estatua
¡Primero El Salvador!
¡Segundo El Salvador!
¡Tercero El Salvador¡
¡¡¡Qué virgada más grande!!!
Julio Iraheta Santos 2002